lunes, 19 de abril de 2010

MI AMIGO: EL DESIERTO


Sí, ultimamente te siento desierto, porque por mucho que yo me empeñe en regar para darle vida a nuestra amistad, plantar algo de confianza o abonar con algo de simpatía...de tí no obtengo apenas vegetación. Y lo poco que conconsigue crecer, no necesita de mi agua sólo de esa "lluvia" de la que te has vuelto inseparable.


Entonces me pregunto: ¿Para qué sudar al esforzarme, si sólo me pincho con las espinas de tus captus?