sábado, 28 de julio de 2018

LA MAR...



A veces me siento como el mar…
desde la superficie puede aparentar calma y serenidad,
puede que parezca que no le pasa nada, 
que se mantiene en su sitio, como siempre,
pero lucha continuamente contra todos los elementos.

 Intenta ayudar y mantener a salvo a cuantos le rodean
y sin embargo en el fondo, 
continúa una batalla incansable contra la arena,
dónde todo se acumula, se erosiona
y queda supuestamente en el olvido.

A veces hay marejada, 
el mar demuestra su inmensa fuerza en los acantilados
pero son lugares privados, apartados de los ojos de la masa,
y donde sólo unos pocos se acercan lo suficiente 
para ver como rompe, cómo golpea arremete 
con todo lo que se interpone a su paso.

La mar es contemplada por muchos por su belleza y fuerza,
pero también temida por sus arrebatos y por su furia,
por eso pocos se atreven a adentrarse en sus aguas y surcar sus olas…
indagar en su naturaleza y entender porque es como es y hace lo que hace.

Quizás ella tampoco lo sepa, a lo mejor no tenga la menor idea,
quizás solo se deje llevar por lo que siente,
quién podría resistirse al magnetismo de los astros
o a la inmensa e imponente fuerza del viento,
¿tiene realmente alternativa alguna?

A veces llueve dulcemente sobre la mar,
es triste y hermoso, a la vez,
como las gotas caen y se dispersan sin rastro,
sepultadas bajo el resto de su ser a simple vista,
aunque ella sepa exactamente donde ha quedado su recuerdo, su eco.

La mar, mujer cambiante, a veces en calma y otras en tempestad,
si te acercas demasiado y decides dedicarle años de tu vida,
quizás acabes arrastrado por su colosal fuerza,
o puedes estar solo de paso, y que te acoja y te meza entre sus aguas.

El motivo, no creo ni que la propia mar lo conozca, es ilógica y caprichosa,
es solitaria pero de constantes murmullos, suaves  o ensordecedores,
la mar es dinámica, incasable, sabia y a veces cautivadora,
otras es tormento, enredo y nostalgia, pero también libertad y paz.

Es extremadamente complicada, es cierto,
pero ser sencilla y fácil, nunca fue una opción para ella,
por ello la mayoría la contemplarán
y sólo los valientes se adentrarán.


Victoria Jara Cano




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