Muchas veces dudamos al dar un beso y perdemos así el momento de darlo. Otras incluso de antemano decidimos no darlo, aunque este gesto nuestro nos parta el corazón, y pase a nuestro remordimiento eterno.
Siempre nos quedará la duda de si ese beso hubiera cambiado algo, si esa persona lo hubiera correspondido, si aquella acción nos hubiera aliviado o aclarado algo...Pues, si alguna vez habéis no dado un beso por alguno de estos motivos, si os identificáis, os invito a reflexionar y a replantearos el volver a caer en el mismo error...?A DÓNDE VAN LOS BESOS QUE NO SE DAN?, depende del motivo, ahora os lo explico:
¿A DÓNDE VAN TODOS ESOS BESOS QUE NO SE DAN?
Cada uno va a su sitio, todos tienen su lugar…
Los que no se dan por miedo, viajan invisibles por el aire hasta su
destinatario, como una suave brisa que les humedece el rostro, más
sólo son conscientes sus emisarios.
Otros descansan sobre nuestras sábanas, son aquellos que regalamos en
los más dulces sueños y que guardan celosas nuestras almohadas. Por eso
sus fundas se hacen cada vez más suaves y delicadas hasta poder rozarnos
la cara.
Están los suicidas, éstos tiemblan en los labios indecisos y se demoran tanto
que quedan en el aire, sin dueño… pero dejan en nuestra caras unos graciosos
morritos, que escondemos con rapidez mientras se nos encienden los carillos.
Los retenidos por orgullo, son como fantasmas, condenados a vagar por nuestra memoria, martirizándonos de cuando en cuando, para recordarnos nuestro error.
Los hay tan dolorosos, tan amargos que tendemos a empujarlos al abismo del olvido,
no sin antes escuchar un último y desgarrador estruendo.
Cada uno va a su sitio, todos tienen su lugar, y si no dudas en darlos, jamás te arrepentirás.
Victoria Jara Cano
Hola.
ResponderEliminarSaludos desde este otro lado de Molina de Segura.
Excelente entrada, me gustó mucho y a la vez me hizo reflexionar. Felicidades!
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